La IA generativa promete soluciones, pero también plantea riesgos en salud, privacidad y seguridad.
La inteligencia artificial generativa (IAGen) es capaz de crear texto, imágenes y otros contenidos en respuesta a comandos. Estos sistemas «aprenden» patrones de datos anteriores y generan nuevos resultados que simulan características similares. Sin embargo, los expertos advierten que se requiere cautela en su implementación.
Uno de los mayores desafíos que plantea la IAGen es la seguridad de los datos. Según Netskope, el acceso sin regulación a estas herramientas podría exponer información sensible a amenazas externas. Para mitigar estos riesgos, se recomienda implementar controles de acceso basados en el enfoque Zero Trust (confianza cero).
De acuerdo con IBM, este modelo garantiza que cada usuario, dispositivo o aplicación sea verificado antes de concederle acceso a la red. Zero Trust no se enfoca en proteger el perímetro de la red, sino que aplica políticas de seguridad individualizadas para cada conexión entre usuarios, dispositivos y datos.
Además de los riesgos tecnológicos, la dependencia de la IA afecta la salud física, mental y la vida social. Entre las consecuencias están:
- Alteraciones del sueño, como insomnio o fatiga.
- Dolor de cabeza, cansancio visual y molestias musculares.
- Estrés, ansiedad, hiperestimulación o incluso depresión.
- Aislamiento social y abandono de responsabilidades.
- Deterioro en el rendimiento académico o laboral por falta de atención.
- Sedentarismo, sobrepeso y riesgo de enfermedades crónicas como diabetes, cáncer o problemas cardiovasculares.
Según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la interacción constante con dispositivos digitales también puede causar tensiones musculares y daños en tendones, nervios o articulaciones.
Cumplimiento y protección de la privacidad
El uso de IA en procesos empresariales debe alinearse con normativas de protección de datos vigentes, como señalan los especialistas de Easy Telecom Law. Las organizaciones que no cumplan con estas leyes podrían enfrentar sanciones económicas y daños reputacionales.
Por otra parte, el crecimiento entre usuarios y aplicaciones basadas en IAGEN convierte a la privacidad en un aspecto crítico. Es fundamental establecer políticas claras que protejan los datos personales tanto de empleados como de clientes.
En el caso normativo, la utilización de IA en procesos empresariales debe alinearse con las normativas de protección de datos vigentes y asegurarse de que el uso de estas tecnologías no infrinja regulaciones legales, lo cual podría acarrear sanciones o daños reputacionales.
Asimismo, la dependencia tecnológica, además de hacer a empresas, organismos y gobiernos vulnerables a fallas en servicios específicos, tiene otras implicaciones, generando riesgos para las personas en la salud, la vida social y la comunicación.
Puede causar problemas de sueño, como insomnio, o alteraciones en el sueño; dolor de cabeza, cansancio visual, o molestias musculares. Estrés, ansiedad, depresión o hiperestimulación. Puede dificultar la comunicación y la socialización.
Además, aislamiento o abandono de responsabilidades; disminuir la atención, el rendimiento académico y laboral. Contribuye al sedentarismo, sobrepeso y obesidad y enfermedades crónicas como diabetes, cáncer o problemas cardiovasculares. Tensiones musculares y daños en tendones y nervios de manos, brazos, espalda y rigidez en el cuerpo.
Por último, ante el aumento de la interacción entre usuarios y aplicaciones de IAGen, la privacidad se convierte en un tema crítico, por lo que resulta fundamental implementar políticas que protejan la información personal de los empleados y clientes que interactúan con estos sistemas