Maduro adelantó para octubre, por tercera ocasión, la Navidad
Las calles de la capital venezolana lucen en pleno octubre con árboles de Navidad, luces de colores y adornos navideños, tal y como decreto el presidente Nicolás Maduro, sin embargo el ambiente festivo de la temporada no reina en el corazón de los venezolanos, por la crisis política nacional.
El mandatario venezolano anunció el mes pasado el adelanto de la Navidad como una forma de agradecer a todos los que votaron por él en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio y le dieron el triunfo para un tercer mandato, en medio de denuncias de fraude de la oposición y masivas protestas para que renuncie.
“Es septiembre y ya huele a Navidad, huele a Navidad. Y por eso este año, en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre”, dijo Maduro en su programa televisivo del 3 de septiembre pasado.
El adelanto de la Navidad fue tomado a la ligera por el pueblo venezolano, ya que el mandatario hizo lo mismo en 2020, cuando estableció la festividad para el 15 de octubre y el siguiente año, cuando repitió su hazaña y fijo desde el 4 de octubre el inicio de las navidades.
Maduro pudo decretar celebrar la Navidad en pleno octubre, más de dos meses antes de la fecha fijada para celebrar el nacimiento de Jesucristo, sin embargo, no pudo obligar a los venezolanos a sentir el ambiente festivo que trae consigo dicha celebración muchos países del mundo.
El decreto de Maduro no trajo alegría a los venezolanos
La alegría, felicidad y bondad que surge en la humanidad cada fin año con la proximidad de la Navidad, no se vive en Venezuela, la gente más bien está enojada o preocupada, por la crisis política, el retraso del ciclo escolar, que debió comenzar la segunda quincena de septiembre, y difícil situación económica que enfrentan.
Pese a que Maduro insiste en que la precariedad de los salarios en el país es por las sanciones económicas que impuso Estados Unidos a Venezuela desde hace años, la realidad es que la canasta básica, que ubica en unos 539 dólares, es un lujo para la mayoría que percibe el sueldo mínimo.
El «ingreso mínimo integral», como lo etiquetó Maduro, consta de un salario mínimo de 3,0 dólares, 40 dólares de un dono de alimentación y 90 del denominado «Bono de Guerra Económica», -creado para hacer frente a las sanciones estadunidenses- es decir 133 dólares, muy por debajo de lo que cuesta la canasta básica.
Más protestas
El martes pasado, con el inicio de la Navidad, decenas de pensionados se congregaron frente a la sede de las Naciones Unidas (ONU) en Venezuela para pedir su intervención ante el gobierno de Maduro para que aumente el monto de sus pensiones, que desde 2022 se mantiene sin cambios.
“El decreto del inicio de la temporada navideña es una burla miserable”, gritó un hombre entre manifestantes, tras recordar que desde hace dos años el monto de las pensiones no aumenta. “¿Quién vive con tres dólares y medio?”, cuestionó ante un grupo de periodistas extranjeros que cubrieron la manifestación.
El enojo también alcanzó a la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que calificó la decisión de Maduro como un “acto propagandístico” y recordó que la Navidad es una celebración de carácter universal.
“El modo y el tiempo de su celebración compete a la autoridad eclesiástica. Esta festividad no debe ser utilizada con fines propagandísticos ni políticos particulares», expresó la CEV en un comunicado.