Durante tres semanas la directora de Asuntos Religiosos impulsa el dialogar con pobladores Coamila y Rancho Nuevo.
Derivado de la expulsión de 151 evangélicos por viejas rencillas religiosas en Huejutla, la Secretaría de Gobierno del Estado interviene para mantener un diálogo permanente entre afectados y la parte contraria.
Al haber una negativa en colaborar con ciertas labores comunitarias de la iglesia católica, cuya obligación es impuesta por los usos y costumbres de la huasteca hidalguense, derivó en un desplazamiento forzado que vivieron hace cinco meses.
Por este motivo, la directora de Asuntos Religiosos Margarita Cabrera Román permaneció tres semanas en esta región del estado para dialogar con pobladores de las localidades de Coamila y Rancho Nuevo.
En esa región las familias afectadas integrantes de la Iglesia Bautista Fundamental denominada «La Gran Comisión han tenido que abandonar sus hogares y permanecer en el refugio temporal que fue habilitado en el Auditorio Municipal.
Dentro de las negociaciones, quienes forman parte de la Iglesia Bautista han mostrado su disposición de realizar el pago de faenas y puedan reincorporarse a sus viviendas.
Con el fin de dar una atención focalizada a dicho caso, ha sido necesaria la intervención de autoridades federales estatales y locales.
Por el momento, se construyen propuestas de solución para que ambas partes logren acuerdos favorables, así como alternativas de pagos con respecto a las faenas no efectuadas con anterioridad.
Si bien, esto ha generado una serie de denuncias penales será la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo la que determine si existe o no delito qué perseguir.
Margarita Cabrera puntualizó que este asunto es delicado debido a que hubo previamente una retención del pastor Rogelio Hernández Baltazar y dos creyentes más, en la cárcel comunitaria de Coamila.
Esta situación se suma con la invasión de terrenos destrucción de cosechas y agresiones físicas contra los evangélicos.