Los aranceles que Estados Unidos amenaza con imponer al comercio internacional no son buenos para el crecimiento, el empleo ni la inflación, consideró el director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y exgobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens.
Durante su participación en la Conferencia Chapultepec, organizada por el BIS en la Ciudad de México, dijo que aún si saber si los aranceles se implementarán, la incertidumbre que generan ya está teniendo un efecto negativo en muchos sectores de la economía.
“Lo que podemos decir de manera objetiva e incuestionable es que los aranceles no son buenos para el crecimiento, no son buenos para el empleo y no son buenos para la inflación”, agregó a la pregunta sobre los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con imponer a diversos países, entre ellos a México.
Ante representantes de diversos bancos centrales, como Victoria Rodríguez, gobernadora de Banxico, Carstens dijo que es muy difícil argumentar que los aranceles son un instrumento adecuado.
Comentó que no hay mucha claridad sobre cuáles son los objetivos finales de los aranceles, por lo que en este momento es muy pronto para saber a qué productos se aplicarían, qué tan grandes serían, así como su temporalidad y condicionalidad.
El verdadero problema con los aranceles, dijo Carstens, es la incertidumbre que generan.
“Recién ahora sin saber que aranceles se implementarían ya está teniendo un efecto negativo en muchos sectores de la economía”, mencionó,
Desafíos de aranceles para la política monetaria
El titular del BIS, considerado el banco de los bancos centrales, se refirió a los desafíos que afectarán a la conducción de la política monetaria en los próximos años.
Uno de ellos, apuntó, es la incertidumbre política, de la cual la política comercial es el ejemplo más destacado, mencionó con relación a los aranceles,
No obstante, la evolución futura de la política fiscal, la regulación y la política de inmigración también está abierta a muchos interrogantes en la actualidad. Además, el contexto geopolítico sigue siendo cambiante.
Esta incertidumbre generalizada sobre las políticas afectará a los bancos centrales de varias maneras, alertó Carstens.
“Es probable que la propia incertidumbre afecte al crecimiento. Las empresas pospondrán la inversión. Los hogares pueden evitar las compras grandes. De forma aislada, estos efectos pesarían sobre la inflación”, añadió.