Colombia ostenta el dudoso récord de ser testigo del mayor número de asesinatos de defensores del medio ambiente.
Colombia, país anfitrión de la 16ª reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, mejor conocida como COP16, ostenta el dudoso récord de ser testigo del mayor número de asesinatos de defensores del medio ambiente.
El país latinoamericano estuvo sumido en un conflicto armado entre el gobierno y la guerrilla durante cinco décadas, hasta que firmó un acuerdo de paz con el gobierno en 2016. Durante ese periodo, casi medio millón de colombianos fueron asesinados y desaparecieron forzosamente, de los cuales 200 mil eran civiles.
Hoy Colombia ya no está en conflicto armado, aunque siguen existiendo guerrilleros en algunos puntos, pero sigue siendo testigo de asesinatos de defensores del medioambiente.
Cárteles de la droga, la mayor amenaza
El 28 de octubre pasado, en una sesión plenaria centrada en la Meta 22 del Marco Mundial, se reveló que 240 personas habían sido asesinadas entre 2016 y 2024 en Colombia por oponerse a la destrucción de los bosques y la naturaleza. Los responsables de la mayoría de los asesinatos fueron los corredores de los cárteles de la droga.
Un día después, en un acto paralelo, ponentes de distintas agencias de las Naciones Unidas (ONU) y del gobierno de Colombia llamaron la atención sobre la imperiosa necesidad de colaboración internacional para frenar el narcotráfico.
Esto, dijeron, solo podrá hacerse si el tratado de paz se aplica bien y a tiempo y se toman medidas concretas en colaboración con las comunidades internacionales para destruir la cadena de suministro de drogas procedentes de Colombia.
Según José Manuel Peria, responsable de negocios verdes del Ministerio de Medio Ambiente de Colombia, el gobierno ha propuesto nuevas estrategias para garantizar los derechos de los agricultores y de quienes están en primera línea de la conservación del medio ambiente.
Estas incluyen la reestructuración del sistema gubernamental y la construcción de nuevos canales para generar recursos para las comunidades, especialmente con un enfoque medioambiental.
“Ya no se habla solo de producción agrícola, sino de agricultura sostenible. Ahora estamos construyendo esta narrativa en los ministerios y carteras involucrados en todos estos procesos (de implementación del acuerdo de paz). Y de hecho, la biodiversidad y la gestión sostenible de la vida están en el centro mismo de este proceso”, afirmó Peria.
Urgen medidas enérgicas
Mary Creagh Raine, ministra de Naturaleza del Reino Unido, quién también intervino en el acto, afirmó, sin embargo, que, si bien la actuación a nivel local y nacional era crucial, también es igualmente importante tomar medidas enérgicas contra los mercados internacionales de drogas colombianas.
Reino Unido, afirmó Creagh Raine, es uno de esos mercados para el cártel de la droga y, si se quiere poner fin al cártel y a la violencia que desata contra los defensores locales del medio ambiente, Colombia y el Reino Unido tendrán que colaborar estrechamente para garantizar que también se cierran la ruta del contrabando y los mercados.
“Aún queda mucho por hacer para garantizar que los delitos contra el medio ambiente y las personas se persiguen y castigan con la severidad que merecen”, afirmó Creagh Raine. «La naturaleza transnacional del narcotráfico es moderna, ágil y muy sofisticada. Si realmente queremos ser eficaces, debemos hacer más juntos para demostrar la misma coherencia y coordinación multinacional», añadió.
Sin fin de los conflictos no hay paz con la naturaleza
La COP16 ha tenido como lema “Paz con la naturaleza”, pero ¿podrá lograrse alguna vez dada la escala actual de guerras y conflictos armados en todas las regiones del mundo y su gran impacto en la biodiversidad?
En respuesta a esta pregunta, António Guterres, secretario general de la ONU, dijo que lograr la paz con la naturaleza solo es posible si hay una solución política a las guerras y conflictos actuales.
“Para hacer las paces con la naturaleza, primero debemos hacer las paces con nosotros mismos. Por eso pedimos un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de los rehenes y la llegada masiva de ayuda humanitaria a Gaza”, dijo a la agencia de noticias Inter Press Service (IPS).
En un receso de la sesión de alto nivel y final de la sesión de la COP16, Guterres añadió que “pedimos la paz en el Líbano, una paz que respete la soberanía libanesa, la integridad territorial libanesa y allane el camino para una solución política. Por eso pedimos la paz en Sudán, por la enorme tensión existente».
“Para hacer las paces con la naturaleza, primero debemos hacer las paces con nosotros mismos, porque las guerras se ganan a costa de los impactos más devastadores de la biodiversidad, el clima y la contaminación», consideró Guterres en Defensa de la biodiversidad en conflictos armados.