Debido a la violencia y la creciente vulnerabilidad de los migrantes
El vocero de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, Gilberto Hernández García alertó a las autoridades estatales y federales que en Chiapas se vive una descomposición social, manifestada a través de la violencia y la vulnerabilidad de los migrantes.
Ejemplificó lo anterior, al citar que la ola de violencia desatada desde los primeros días de este mes de octubre, ha cobrado la vida de 13 personas en el estado de Chiapas, lo cual refleja una pérdida de sensibilidad y respeto por la vida humana.
Además, agregó, con lo anterior se constata la presencia y operación del crimen organizado en la capital del estado, así como en el resto de la entidad.
El vocero de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, dijo desconocer las circunstancias en que se dieron esas muertes, pero consideró que ninguna situación amerita el derramamiento de la sangre.
Para nadie es un secreto el clima de descomposición social que prevalece en Chiapas, debido a que en esta ciudad también operan pequeñas células del crimen organizado, que por diversas circunstancias atacan a personas que ni la deben, pero son víctimas de la descomposición social que ya se vive en la capital, señaló Hernández García.
Consideró que debido a la falta de valores familiares, así como la atracción de los jóvenes hacia actividades ilícitas contribuyen a la propagación del crimen y la violencia en el estado, por lo que pidió a los padres de familia tomar las precauciones necesarias para evitar caer en esta situación.
De ahí la urgente necesidad de fortalecer los lazos familiares y promover una cultura de paz desde los hogares, consideró el prelado, quien hizo un llamado a las autoridades a diseñar e implementar estrategias de seguridad más efectivas.