En medio de un notorio conflicto de interés, por su doble personalidad jurídica como líder del Sindicato de Trabajadores del Senado de la República y magistrada de la cuarta sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, Bertha Orozco se niega a aceptar la toma de nota de un nuevo sindicato nacional de dicha Cámara, cuya elección ganó Salvador Lozano Tenorio.
La toma de nota del nuevo Comité Ejecutivo que encabeza Lozano Tenorio, es un trámite meramente administrativo y tiene termino ante el Tribunal. Por tanto, es obligatorio. El nuevo sindicato nació en 2019, junto con la ley laboral que expidió Andrés Manuel López Obrador, según la cual “todo trabajador tiene el derecho de afiliarse a un sindicato y elegir de manera directa secreta y a través del voto a su representante sindical”.
El número de Registro del nuevo sindicato es el RS13/19. Por tanto, tarde o temprano tendrá que ingresar la toma de nota, pero de acuerdo con denuncias de los trabajadores, la magistrada y a la vez lideresa sindical, Bertha Orozco, se resiste a hacerlo y para ello cuenta con el apoyo del presidente del Tribunal, Plácido Morales.
El asunto es grave ya que, además de negar la toma de nota, la magistrada y lideresa sindical se adjudicó plazas de trabajadores que murieron durante la pandemia de Covid19. Esto trascendió luego de que la esposa de uno de ellos, Martha Cruz, acudió a Recursos Humanos a solicitar la plaza, pero le fue negada. Como el de ella, hay otros 30 casos similares.
Este sólo hecho da un giro al conflicto, pues Bertha Orozco podría ser acusada por peculado, pero al parecer cuenta con el apoyo, además, de algún alto dirigente de Morena y de Joel Ayalal, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), desde hace más de 20 años.