Más de mil 200 indígenas de diversas etnias acordaron fortalecer los procesos de paz en cada región afectada por la violencia
La violencia, el crimen organizado y los saqueos aumentan en las comunidades indígenas de Chiapas, donde el temor, el miedo, la zozobra, la desesperación y la incertidumbre son una epidemia que crece cada día, aun con la asunción de Claudia Sheinbaum a la Presidencia.
Con la falta de avances en el proceso de paz, en los últimos meses en Chiapas se recuerda la crueldad con que actuó el 22 de diciembre de 1997 un grupo paramilitar de afiliación priista, que masacró a 45 indígenas tzotziles desplazados en Acteal, Chenalhó, una herida que aún no cierra.
En esta localidad de los Altos de Chiapas, durante el Congreso Diocesano realizado el pasado fin de semana, más de mil 200 indígenas de diversas etnias acordaron fortalecer los procesos de paz en cada región afectada por la violencia del crimen organizado, la militarización y el saqueo de recursos naturales.
Los participantes manifestaron su preocupación ante el incremento de violencia en todo Chiapas.
Particularmente en los municipios indígenas de Chicomuselo, Frontera Comalapa y Pantelhó, donde las bandas delincuenciales que operan con toda impunidad y la anuencia de las autoridades federales y estatales, por la disputa del territorio y del poder político.
Ante ello, señalan la importancia de fomentar todos juntos espacios de diálogo, reflexión y acción organizada en favor de la vida, la paz con justicia y dignidad ante la guerra contra la vida que está dejando territorios sin pueblos para el saqueo de los bienes comunes de nuestra madre tierra.
Aseguran que estos encuentros fortalecen a los pueblos originarios y la construcción de una sociedad justa y ordenada en la que quepan todas las culturas, de todos los colores y de todos los pueblos de México.
En el Congreso, los delegados de las comunidades han logrado impulsar a seguir tejiendo el caminar pastoral con opciones diocesanas: por los pobres, por el cuidado y defensa de nuestra madre tierra y el eje transversal por la paz.
Señalaron que en los últimos meses los enfrentamientos armados entre sicarios de los cárteles de Sinaloa (CDS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control del territorio se han intensificado en regiones de Chiapas, entre ellas la frontera sur, con escalada de violencias, homicidios y desapariciones.
Por ello, en Chiapas las comunidades indígenas ven con preocupación en ascenso de la violencia que castiga a todo el país, de manera particular a Chiapas como el estado más pobre a nivel nacional, porque no cede, tras la asunción del nuevo gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.