Por: Sebastián Godínez Rivera
Columna
Sin duda, el morenismo está caracterizado por una profunda ineptitud cuando se trata de usar conceptos analíticos. Un golpe de estado, de acuerdo a Thyne Powell, es la toma, destitución del gobierno y los poderes de un Estado. Esto se hace de forma ilegal por parte de un sector militar, un partido político o incluso por algunos miembros de la élite gobernante.
La ignorancia se hizo presente en el pleno del máximo tribunal del país, así como en las redes sociales. El uso del concepto de golpe de estado por parte de las ministras oficialistas, Lenia Batres y Yasmín Esquivel desató una serie de mensajes acusando a ocho ministros de violar el orden constitucional.
Sin duda, el morenismo está caracterizado por una profunda ineptitud cuando se trata de usar conceptos analíticos. Un golpe de estado, de acuerdo a Thyne Powell, es la toma, destitución del gobierno y los poderes de un Estado. Esto se hace de forma ilegal por parte de un sector militar, un partido político o incluso por algunos miembros de la élite gobernante.
También es posible que un golpe de estado se dé por parte de un poder la unión que intenta socavar a otros; esto es constantemente impulsado por el ejecutivo de forma conjunta con el legislativo. A esto se le llama, ensanchamiento de poderes; y el embate suele ser contra el Poder Judicial o las agencias autónomas que no se pliegan al poder en turno. Incluso el politólogo Guillermo O´Donnell lo ha parafraseado de la siguiente forma:
“El Congreso, los tribunales y las agencias estatales de control son estorbos que impiden el apropiado desempeño de las tareas que han sido delegadas al ejecutivo por el electorado. Los esfuerzos del ejecutivo por debilitar estas instituciones,invadir su autoridad legalmente establecida y socavar su prestigio son el lógico corolario de esa visión” (OˋDonnell, 1996: 240)
Ahora bien, en el caso de México, lo que resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue una consulta para saber si esta podía revisar el tema de la reforma judicial. Al aprobarse por 8 votos las reacciones no se hicieron esperar, en un inicio las pseudo juezas constitucionales Batres y Esquivel acusaron de violar la Constitución y extender el poder de la Corte. Es lamentable que el debate sea tan de baja calidad, por parte de la ministra del dedo (Batres) y la bachiller Esquivel.
Utilizar este concepto implica la destrucción o el desconocimiento del orden institucional y constitucional, así como la asunción al poder de otro personaje o una junta. Una clase de Ciencia Política les vendría bien, ya que desde el primer semestre se nos instruye que los conceptos no pueden ser estirados, deformados o utilizados como sinónimos de otros. Sin embargo, este mensaje no solo quedó ahí, sino que se propagó por las redes sociales.
Algunos de los personajes más estridentes como Fernández Noroña y Sergio Gutiérrez fueron los primeros en reaccionar. El primero declaró que las elecciones judiciales se realizarán en 2025 les guste o no; mientras que Gutiérrez en un tweet llamó a un juicio político contra las y los ministros. Su intolerancia y el desconocimiento de las leyes es lo que dejan ver con estos posicionamientos agresivos, con los cuales desconocen a otro poder y buscan socavar su independencia.
No es una tiranía de las togas, como lo ha dicho el pseudo abogado Ricardo Monreal. Al contrario, al tener un sistema de pesos y contrapesos, los poderes de la unión están inmersos en una lógica compartida en la cual se busca el equilibrio. Empero, cuando uno o dos de estos se unen para someter a otro entonces se rompe el equilibrio. Sobre todo porque Morena presume a través de un discurso falaz que toda la nación les dio su apoyo, por ende, pueden hacer y deshacer.
Incluso los politólogos Levitsky y Ziblatt han publicado un nuevo libro, llamado The tyranny of majority, en el cual describen y analizan cómo algunos gobiernos con amplia legitimidad fundamentan la destrucción de contrapesos y la imposición de una sola visión. En México, es lo que estamos viendo, un grupo de personas ha tomado el poder por la vía electoral y ahora insiste en modificar toda su estructura para que nadie pueda acceder a él.
Para esto deben someter a todos aquellos grupos que no comulgan con ellos deben ser cooptados, en aras de la transformación. El talante autoritario del oficialismo es palpable en este nuevo gobierno, porque llevar a juicio político a todos los ministros que ejercen control constitucional, es una revancha por sus decisiones. Tener una mayoría no significa que se puede destrozar el país, al creer que tienen todo el respaldo; Morena olvida que existen controles para proteger a las minorías del poder absoluto.
No obstante, su comportamiento muestra que están dispuestos a pasar por encima de quien intente hacer uso del equilibrio de poderes. Así se han comportado con las suspensiones sobre la reforma judicial y posiblemente ignorarán una decisión de la Corte. Estimados lectores ignorar las decisiones judiciales y querer pisotear al máximo tribunal, si es una ruptura del orden constitucional, al que se le llama ensanchamiento de las facultades presidenciales y legislativas.
En conclusión, los conceptos deben ser utilizados con cuidado, pero si la ignorancia es atrevida esto no se cumple. El oficialismo insiste en la instauración de un modelo autoritario para garantizar su permanencia; mientras la escalada entre poderes sigue, lo cierto es que los términos de las ciencias sociales deben usarse con cuidado. Quizá esto es mucho pedir para el oficialismo y sus rémoras.