No tienen el ingreso suficiente, ni para obtener dos canastas básicas para vivir, según Acción Ciudadana Frente a la Pobreza
A pesar del aumento al salario mínimo, lo cierto es que indicadores como el desempleo, exclusión laboral de mujeres y jóvenes, salarios de pobreza y empleos informales, registraron estancamiento, retrocesos o, en el mejor de los casos, cambios mínimos durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador donde lo más crudo es un aumento de 5 millones de mexicanos que trabajan, pero viven en pobreza, pues no pueden adquirir al menos dos canastas básicas.
En la actualidad, el 68% de la población ocupada, unos 34.8 millones de personas en México, no tienen el ingreso suficiente, ni para obtener dos canastas básicas para vivir.
Son 5 millones más que en 2018 en el sexenio del priísta, Enrique Peña Nieto, que eran el 65% de la población ocupada, 29.8 millones de personas.
Al presentar los resultados del reporte especial del Observatorio de Trabajo Digno “La raíz de la pobreza permanece: balance sexenal de un sistema laboral excluyente y precario”, Rogelio Gómez Hermosillo, presidente de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, explicó que la estructura del sistema laboral no ha cambiado, pues se mantienen los trabajos con salarios por debajo del umbral de pobreza y que tampoco cumplen con la afiliación obligatoria al seguro social para el acceso a servicios de salud.
Además de las personas desempleadas, hay otro sector de la población excluido del trabajo. Son en su gran mayoría mujeres, que no están disponibles porque trabajan en su hogar, en labores de cuidado, sin remuneración. Son sólo 279 mil menos que hace 6 años.
Asimismo, se registró un aumento en la informalidad, pues en el 2018 había 32.8 millones de personas en esta situación, pero con López Obrador hay 35.5 millones, es decir, 3.3 millones de personas más en la informalidad.
La informalidad es trabajar sin acceso a los servicios de salud y sin acceso al resto de los mecanismos de protección social del sistema de seguro social mexicano, acusa Hermosillo.
De igual manera, casi 5 millones de personas jóvenes en México están fuera de la escuela, con rezago educativo y sin trabajo. Esto incumple dos derechos humanos fundamentales: educación y trabajo. Son 910 mil menos y 3 puntos porcentuales menos que hace 6 años.
A nivel internacional, México está muy abajo en la tabla de comparación de indicadores laborales; queda siempre por debajo de los países pares de la OCDE y muchas veces por debajo de las economías de América Latina y El Caribe.
Con base en estos resultados, Gómez Hermosillo refirió que se comprueba que la raíz principal de la pobreza que se produce desde el sistema laboral se mantuvo prácticamente sin cambio en el actual sexenio.
Consideró que mientras se siga discutiendo la pobreza desde la política social y se deje de lado la raíz laboral de la pobreza en México, estamos condenados a mejoras marginales y retrocesos cíclicos.
Explicó que la estructura del sistema laboral no ha cambiado, se mantienen las condiciones de indefensión por falta de contratos estables y representación sindical, se mantienen los trabajos con salarios por debajo del umbral de pobreza y que tampoco cumplen con la afiliación obligatoria al seguro social para el acceso a servicios de salud.
“Es una oportunidad perdida, la agenda laboral no fue prioritaria, salvo el incremento al salario mínimo, que es una medida acertada, pero no se alcanzó la meta de cubrir el costo de dos canastas básicas”, expuso.
El trabajo —agregó— sigue siendo fábrica de pobreza para millones de personas y, pese a que el incremento al salario mínimo ha mejorado el ingreso laboral, no ha sido suficiente, incluso, entre quienes tienen trabajos formales en el sector privado.