Comerciantes del primer cuadro de la capital denuncian que los cierres vehiculares ya provocaron la quiebra de cientos de negocios
Cansados de los cierres vehiculares en el Centro Histórico, comerciantes y empresarios formales intentaron abrir esta mañana uno de los cercos puestos por las autoridades, mismas que respondieron con agresiones a los inconformes.
Al filo de las 10:00 de la mañana, los comerciantes del Centro Histórico comenzaron a recibir llamadas de clientes y empleados para decirles que la autoridad tenían cercadas las calles y no se permitía el acceso bajo el argumento de la organización del simulacro por aniversario del terremoto organizado por el gobierno de la Ciudad.
En diversas ocasiones y canales distintos, los empresarios trataron de comunicarse con el jefe de la policía en el sector así como el Secretario de Gobierno de la CDMX, Ricardo Ruiz Suárez para negociar el acceso por “goteo” y lograr movilidad.
Después de una espera de 40 minutos, la desatención de las autoridades y la cerrazón del cuerpo de granaderos, los empresarios tuvieron la iniciativa de mover las vallas para permitir el flujo de personas, antes de que sonaran las alertas del simulacro.
Fue en ese momento cuando la fuerza pública actuó, agrediendo, lastimando y amenazado a los dueños y encargados de negocios para imponer el cerco que mantenía cerrada la movilidad en las calles.
En este contexto, Gerardo Cleto López Becerra presidente del ConComercioPequeño SC., lamentó que a los manifestantes violentos los traten bien, en tanto que a empresarios y ciudadanos que padecen constantemente el cierre del Centro Histórico por diversas razones los agredan.
“Desafortunadamente estos operativos que ahorcan la movilidad en el Centro Histórico de la Ciudad de México han sido más constantes en el gobierno de Martí Batres quién gusta de presumir en la publicidad, una prosperidad que no se tiene en las calles”, dijo el líder.
López Becerra dijo que se ha buscado por diversos medios reunirse con autoridades para que eviten los cierres innecesarios así como cortes a la circulación que solo prolongan por horas los desplazamientos, aumentan el consumo de combustible y la contaminación e incrementan el costo del transporte de mercancías y pasajeros, pero no hay resultados.
El Centro Histórico de la Ciudad de México es un claro ejemplo de un gobierno que se apropia de nuestros espacios públicos, cierra a su criterio y genera afectaciones directas a más de tres mil 500 establecimientos mercantiles ubicados en las inmediaciones del primer cuadro de la capital mexicana.
Ante los constantes cierres de vialidades ocasionados por marchas, mítines, festejos, ceremonias o por simple voluntad de un jefe de policía o funcionario público varios giros mercantiles han bajado definitivamente sus cortinas, generando pérdidas millonarias y dejando los espacios para que los ocupen los comerciantes chinos