Presidente suelta que fue el exsecretario de Gobernación quien se encarga del trabajo sucio con los senadores veracruzanos (titular y suplente); él platica con ellos para meterlos en cintura
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, deja claro que no pactó nada con “Los Yunes” para lograr el voto que se necesitaba para la aprobación de la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF) en el Senado de la República.
En la mañanera, López Obrador reconoce que el coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López Hernández, sí negoció, pero no aclara cómo fue y deja abierta a la imaginación pública y a la especulación la forma en que lo logró quien fue su fiel escudero y secretario de Gobernación en este sexenio que está por bajar el telón.
“Nada, nada, nada absolutamente. ¿Saben por qué se piensa que hubo una negociación? Porque ese es uno de los problemas que tienen los conservadores y sus voceros, creen que somos iguales a ellos, le podría decir que no hablé ni con el señor Yunes ni con su hijo.
“Sí, probablemente negoció, claro, a él le corresponde, a Adán Augusto, es legislador, ese es su trabajo. Yo envié una iniciativa de reforma a la Constitución y son los legisladores los que tienen que hacer su trabajo”, puntualiza y como Poncio Pilatos se lava las manos.
López Obrador afirma que puede que se haya dado esa conversación entre Adán y “Los Yunes”, -Miguel Yunes Linares (papá) y Miguel Ángel Yunes Márquez (hijo)-, y él los convenció dice el mandatario federal, lo que no aclara el presidente de México y lo deja al imaginario público, es cómo lo hizo.
La manzana envenenada de Adán
Tal vez, comentan analistas políticos y trabajadores inconformes con la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF) que dialogan con Amexi, lo logró como hace miles de años lo hizo Eva con otro Adán, a ese Adán de hace miles de años lo convencieron con una manzana, nada más que en la actualidad es casi seguro que este Adán tabasqueño de 2024, usó una manzana envenenada con expedientes y cuentas judiciales pendientes, no como la que le dieron al otro hace miles de años, según cuenta la leyenda.
“Puede haberse dado esa conversación, ese es su trabajo ¿Cómo no va a hablar un dirigente de un grupo parlamentario cuando se están buscando los votos [necesarios] para aprobar una reforma constitucional? Claro”, puntualiza el señor López.
El presidente López Obrador tampoco niega que tiene diferencias visibles con Yunes Linares desde hace mucho tiempo y a lo largo de toda su carrera política.
“Tengo diferencias con él, son públicas, notorias, como tengo diferencias con muchos otros, pero siempre en la política hay que optar entre inconvenientes, y es buscar el equilibrio entre la eficacia y los principios”, detalla.
Aquí, a lo mejor, señalan los analistas y algunos de los inconformes del Poder Judicial de la Federación, si se debe escoger entre el inconveniente de tener malas compañías como “Los Yunes” o mandar al bote de la basura su anhelada reforma judicial y su sed de venganza contra el Poder Judicial, le gana su rencor contra el PJF, los jueces, magistrados y ministros y opta por darle el beso de Judas a “Los Yunes” y cubrirlos con su manto divino y protector.