Ante las comparaciones oficiales con Dinamarca, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias propone medidas para mejorar el sistema de salud
Lejos de siquiera acercarse al de Dinamarca, el sistema de salud mexicano muestra una enorme debilidad derivada de una gran desigualdad social que limita el acceso a la salud, pero también el desarrollo y la movilidad social de los mexicanos.
El presidente López Obrador dijo en su último informe de gobierno que el programa IMSS-Bienestar “es mejor que el de Dinamarca”. Enseguida, el IMSS publicó en su sitio web un texto en el que resalta “¿Por qué creemos que es mejor? Y ¿De qué hablamos cuando hablamos de Dinamarca?”.
En su publicación, el IMSS respondió a sus propias preguntas y señaló cinco puntos para demostrar que el país tiene mejores servicios de salud que Dinamarca: porque es público, gratuito, universal, preventivo y porque tiene una planeación nacional.
Al respecto, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) se sumó a quienes ofrecen otros datos y proponen soluciones, y apuntó que esa enorme debilidad se debe a la desigualdad existente en México, que “limita el acceso a la salud, el desarrollo y la movilidad social”.
Asimismo, resaltó que, por ejemplo, la esperanza de vida en el país ha mostrado pocos avances en los últimos años, estancándose alrededor de los 74.8 años desde 2014, sin cambios significativos, con un aumento en la mortalidad por causas violentas en 2022.
Limitantes
El CEEY señaló que el sistema de salud mexicano presenta tres problemáticas.
El subfinanciamiento;, un gasto en salud que apenas alcanza 3% del PIB, muy por debajo de la recomendación internacional de 6%.
La segmentación; el sistema ofrece funciones de manera diferenciada, dependiendo de la situación laboral de las personas.
La fragmentación; con falta de articulación entre los servicios de atención primaria y los de mayor especialidad.
El CEEY señaló que “el subfinanciamiento, la segmentación y la fragmentación del sistema de salud afectan la calidad de la atención, que además no se distribuye de manera equitativa, lo que perjudica a la población más vulnerable. Esto se traduce en una alta desigualdad de oportunidades para recibir atención médica“.