Además de la condena de la OEA, las protestan continúan para exigir a Maduro respetar el triunfo de la oposición en Venezuela y frenar la represión.
El aún presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, amaneció en el Palacio de Miraflores prácticamente solo, con la condena de la OEA por el fraude electoral y la represión ilegal, sumado al rechazo de sus antiguos aliados Lula da Silva y Gustavo Petro.
Todo ello en medio de una jornada mundial de protestas donde los venezolanos en varios países saldrán a las calles para exigir a Maduro respetar el triunfo de la oposición y frenar la ola de secuestros y asesinatos de opositores.
En las calles de Caracas, Maracay y Barquisimeto, entre otras, Nicolás Maduro ordenó este sábado el despliegue de militares y policías en ante la convocatoria de protesta opositora. Ya hay denuncias de detenciones y secuestros de más opositores.
Aferrado al poder con el mínimo respaldo del régimen cubano y la ambigüedad del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a quien critican los venezolanos por su apoyo implícito a Maduro con el principio de no injerencia.
La condena de la OEA exige a la dictadura “el respeto de los derechos humanos, la voluntad soberana del electorado venezolano y la verificación imparcial de los resultados que garantice la transparencia, credibilidad y legitimidad del proceso electoral”.