El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, comunicó el martes que ha ordenado reforzar la vigilancia de la frontera con México por la entrada de migrantes que huyen de la violencia ejercida por grupos de delincuencia organizada y narcotraficantes.
«Estamos trabajando del lado nuestro con el Ministerio de la Defensa y la Policía Nacional Civil» para evitar que la violencia ingrese a territorio de Guatemala, afirmó Arévalo en declaraciones de la prensa.
La medida tiene como objetivo tanto garantizar «la seguridad de los guatemaltecos» como impedir «que los problemas que existen del otro lado [de la frontera] puedan incidir» en el país, dijo el mandatario en el marco de una gira en el departamento de San Marcos, lindante con la frontera mexicana.
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, comunicó el martes que ha ordenado reforzar la vigilancia de la frontera con México por la entrada de migrantes que huyen de la violencia ejercida por grupos de delincuencia organizada y narcotraficantes. Y poder dar la atención humanitaria necesaria a los refugiados y facilitar, para aquellos que quieran, las condiciones de su retorno seguro» a México.
La organización civil e indígena de México Las Abejas de Acteal denunció esta semana la violencia que viven los pueblos originarios por parte del crimen organizado en el estado de Chiapas.
Según la organización, al menos tres comunidades quedaron completamente despobladas debido a los constantes ataques y amenazas de bandas armadas.
«Nos duele el sufrimiento de las familias de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y en otras partes de México por la violencia que han causado los grupos criminales en Chiapas y en México», señala un comunicado de las Abejas de Acteal.
«Mientras el Estado no haga nada para resolver los conflictos que se están viviendo, la violencia irá en aumento», dijo la referente de la ONG.
En ese sentido, reclamó que el Estado mexicano garantice la seguridad y empiece a investigar y castigar a los responsables. De lo contrario «no va a haber tranquilidad, no va a haber paz», manifestó.
La ONG estima que en las zonas originarias de los Altos de Chiapas al menos 2.000 indígenas resultaron víctimas de desplazamiento forzado. Centenares de personas se refugiaron en Guatemala.