El politólogo José Fernández Santillán afirmó que tan sólo la idea de descentralizar las dependencias fue un despropósito de AMLO.
La gran mentira del presidente Andrés Manuel López Obrador fue prometer la descentralización de las dependencias e instancias federales y hasta ahora eso no ha sucedido, por lo que no ha cumplido su palabra, sentenció el politólogo mexicano José Fernández Santillán.
Fernández Santillán afirmó que, a un poco más de dos meses de que termine el sexenio de López Obrador, “fue un despropósito descentralizar las instituciones del Gobierno federal, ya que estas deben operar en la capital de la República.
Recordó que sólo el actual mandatario mexicano había prometido en sus 100 compromisos de gobierno que la descentralización de las dependencias de gobierno sería una realidad y que estas instancias serían reubicadas en varios estados del país, pero fue una falsedad.
“Recordemos que Esteban Moctezuma Barragán, cuando fue secretario de Educación Pública, se instaló en Puebla y está documentado, pero todo lo demás es una soberana falsedad”, dijo.
El compromiso 54
De acuerdo con los 100 compromisos que dio a conocer López Obrador el 1 de diciembre de 2018, el número 54 señala que se buscaría descentralizar el Gobierno federal y las secretarías de Estado serían ubicadas en distintos estados del país.
Y agregó que: “Este proceso se llevará a cabo de manera voluntaria, sin afectar a los trabajadores al servicio del Estado; por el contrario, tendrán oportunidades para la adquisición de viviendas, educación para sus hijos, atención médica y seguridad social”.
Por lo anterior, el discípulo del filósofo italiano Norberto Bobbio enfatizó que la descentralización que se necesita en México “es una desconcentración de la población de la capital y hacer una mejor distribución territorial en términos demográficos, eso es lo que se necesita”.
“López Obrador pensó que como estrategia iba a dar frutos, pero entendió que no era tan fácil porque mandar a la Secretaría de Desarrollo Social a Oaxaca, pues en ese estado no tienen la infraestructura urbana, escolar, hospitalaria como para recibir a la cantidad de personal que trabaja en esa dependencia.
“Entonces el resultado es que fue una planeación hecha con los pies, tal y como fue con el Instituto de Salud para el Bienestar, que lo anunció como sustituto del Seguro Popular, pero no planeó nada al respecto”, enfatizó.
La pandemia retrasó la descentralización: AMLO
A inicios de este año, López Obrador atribuyó a la pandemia por el SARS-COV 2 el que no se pudiera concretar su proyecto y promesa de descentralización del Gobierno, y aún más, atinó a decir que ya había cumplido 98 y que sólo le faltaban dos por hacer realidad: ubicar a los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y que las dependencias de gobierno salieran de la capital del país.
“Yo creo que 98 ya los hemos cumplido, pero además, otro tanto de compromisos que no se establecieron los hemos cumplido. Nos afectó bastante grave la pandemia y ya no se pudo”, declaró el 11 de enero.
De acuerdo con datos del propio Gobierno, se logró un avance en la descentralización en la Secretaría de Salud (SSa) para trasladarla a Acapulco, Guerrero; mientras que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) iría a Mérida, Yucatán; la Secretaría de Cultura a la capital tlaxcalteca, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) a Puebla capital, pero no se concretó.
La propuesta establecía que en la Ciudad de México se concentraría la Presidencia de la República, además de las secretarías de Hacienda, Gobernación, Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y la Marina Armada de México, “el resto de las secretarías se vayan a los distintos estados, pero se detuvo esto por la pandemia, pero ya vamos a continuar”.
A dónde reubicarían las dependencias
El Gobierno de López Obrador tenía previsto que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social trasladara sus oficinas a León, Guanajuato; la Secretaría del Bienestar, a Oaxaca, capital; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a la capital potosina, y la Secretaría de la Función Pública, a la Ciudad de Querétaro.
En tanto, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano debió establecerse en Pachuca, Hidalgo; la Secretaría de Economía, debía trasladarse a Monterrey, Nuevo León; la Comisión Nacional Forestal, a la capital de Durango; el Servicio de Administración Tributaria, a Mexicali, Baja California, y la Conapesca, a Mazatlán, Sinaloa.
En la propuesta, López Obrador añadía que la Comisión Nacional del Deporte estaría asentada en la capital de Aguascalientes; la Agencia Nacional de Aduanas de México, a Nuevo Laredo, Tamaulipas; el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Morelia, Michoacán; el Banco Nacional de Obras, en Cuernavaca, Morelos.
Mientras que Petróleos Mexicanos se iría a Ciudad del Carmen, Campeche, o a Tabasco, por la construcción de la refinería de Dos Bocas; el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, a Toluca, Estado de México; la Comisión Federal de Electricidad, a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Por último, el Instituto Nacional de Migración debió reubicarse en Tijuana, Baja California; la Nacional Financiera, en Torreón, Coahuila; el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y la Comisión Nacional de Agua, en Xalapa, Veracruz.
José Fernández Santillán recordó que los resultados en torno a la descentralización ponen en entredicho los estudios de Ciencias Políticas y Administración Pública que el presidente Andrés Manuel López Obrador estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Este es un error básico de la carrera que él estudió, Administración Pública, porque primero es el proceso de planeación, organización, integración, control, coordinación y ni siquiera el proceso administrativo lo supo instrumentar”.
Fernández Santillán dejó claro que todo este proceso fue “un rotundo fracaso”, pero hay que tomar en cuenta que “las instituciones públicas se habían venido profesionalizando, es decir, médicos capaces en las instituciones de salud, agrónomos en las secretarías del ramo y así por el estilo y lo que hizo López Obrador es nombrar a los secretarios no por capacidad sino por lealtad”.
“Lo hemos visto en el caso del director de Petróleos Mexicanos que es un agrónomo sin ninguna idea de lo que es el ramo energético o el que nombrará a sus propios guardaespaldas que algunos de ellos no terminaron ni la secundaria”, explicó.
Por último, el politólogo recalcó que se ha dado un retroceso monumental en lo que ha sido el gobierno de López Obrador.