Fortalecido, el magnate estadounidense se enfila rumbo a la Casa Blanca.
El expresidente Donald J. Trump y su compañero de fórmula, el senador J.D. Vance, comenzarán el sábado a hacer campaña juntos, tras el cierre de la Convención Republicana aquí la noche del jueves.
Trump y Vance tienen previsto sostener su primer mitin en Grand Rapids, Michigan, uno de los estados del país más peleados, según las encuestas.
El partido republicano cerró la Convención con la que cada cuatro años nomina a su candidato a la Casa Blanca, con un contundente mensaje de unidad alrededor de Trump, quien buscará un segundo mandato en las elecciones de noviembre.
Trump aceptó la nominación, envió un breve mensaje de unidad y se mostró vulnerable por unos minutos, mientras contaba el fallido atentado contra su vida el sábado pasado.
Pero su promesa de privilegiar la unidad nacional duró muy poco, dado que enseguida volvió a la retórica incendiaria que le caracteriza.
Aunque solo mencionó al presidente Joe Biden en dos ocasiones durante los 93 minutos del discurso, atacó a los demócratas y apeló a todos los indecisos a votar republicano y no por «el partido de la loca de Nancy Pelosi», la exlideresa de la Cámara Baja a quien Trump parece detestar más que a ninguna otra figura política del país.
El expresidente eludió referirse a los derechos de los homosexuales, lesbianas y personas transgénero, así como al aborto, consciente de que aún entre las filas conservadoras del país, hay cierto nivel de apoyo entre los votantes.
Empero, dedicó una buena parte de su alocución como candidato a reiterar que la elección del 2020 le fue robada, y a fustigar al Departamento de Justicia por la serie de juicios en su contra.
En un proceso judicial en marcha en Nueva York, que no involucra al Departamento de Justicia sino al estado de Nueva York, Trump fue encontrado culpable de 34 cargos criminales y se espera que se le dicte sentencia en septiembre.
Pero todo lo relativo a su etiqueta de criminal convicto, quedó escondido abajo de la alfombra de la Convención.
Los republicanos arroparon aquí a Trump con cuatro días de excelente coreografía de unidad partidista, en donde solo hablaron quienes están a favor de él y sus políticas, un programa que dejo fuera cualquier voz disonante.
A lo largo de la noche, el exmandatario estuvo acompañado de sus hijos y su esposa Melania, quien a diferencia de las convenciones pasadas, no tomó la tribuna ni hizo pronunciamiento público alguno.
Trump logró despegar de Milwaukee con su esposa y otros miembros de su familia en las primeras horas del viernes, antes de que se destara el caos global por un falla de ciberseguridad en una actualización de Microsoft, que ha cerrado aeropuertos, cancelados miles de vuelos y cerrado cientos de otras instituciones alrededor del mundo.
El aeropuerto de Milwaukee está repleto de personas a la espera de que las aerolíneas reanuden sus vuelos para poder regresar a sus lugares de origen.