La sombra de la muerte, la violencia, las amenazas cumplidas y los asesinatos políticos se han postrado sobre candidatos, dirigentes políticos, equipos de campaña y familiares de ellos, lo que ha nublado el ambiente de la jornada electoral del próximo domingo 2 de junio en todo el territorio nacional.
Las campañas electorales concluyeron como empezaron, con asesinatos: el 1 de abril, primer día de proselitismo, asesinaron a la candidata de Morena a la Presidencia Municipal de Celaya, Guanajuato, Gisela Gaytán Gutiérrez, cuando terminaba su primer acto de campaña; y el último día de promoción política, el pasado 29 de mayo, mataron de dos tiros a Alfredo Cabrera Barrientos, de la coalición Fuerza y Corazón por Guerrero.
Durante las últimas 72 horas de campañas electorales con miras a los comicios más importantes de la historia de México se recrudeció la violencia electoral, con ataques, asesinatos y amenazas en contra de candidatos a diversos puestos de elección popular, para alcaldes en su mayoría.
A lo largo de todo el proceso electoral federal, iniciado en septiembre pasado, los ataques armados y a traición se han perpetrado luego de que recibieron amenazas de grupos del crimen organizado para abandonar sus aspiraciones y candidaturas.
Por si la violencia y asesinatos no fueran suficientes, este martes se dio a conocer el robo de más de 2 mil boletas electorales para gobernador, alcalde y diputado del Distrito 11 de la capital poblana, luego de que un capacitador electoral dejara por unos instantes su vehículo en el que transportaba los materiales.
En este ambiente, en el que se han registrado las tasas de homicidios dolosos más alarmantes, con cifras que han llegado a superar los 100 muertos al día, es como se desarrollarán los comicios del 2 de junio en todo el territorio mexicano.